domingo, 13 de febrero de 2011

Por ejemplo, Marta


A veces me despido de mí, me dejo salir y me miro irme. A veces incluso me veo con extraño regocijo cómo entro en la corriente del río y me dejo llevar por ella río abajo sin que yo, parado en la orilla, intente siquiera detenerme.
Esas veces, cuando soy yo quien baja por el río, como no quiero volver a ver a nadie, no me agarro de nada, no quiero quedarme en ningún sitio, no quiero aprender nada, conocer nada.
¡Tantas veces me quedo mirando la pared, sin ver lo que pasa a mi lado! Me canso. Me canso de estar, de ser, de ver, de oír. Me aburro de todos los otros empezando por mí.
¿Tristeza? No lo creo: solamente cansancio. Sé que vendrá otro día. Pero en esos momentos, me dejo descender por tobogán que no acaba. Que nadie venga conmigo.
Entonces viene alguien, Marta, por ejemplo. Y con solo escuchar su sonrisa y tocar su alegría, vuelvo a remontar solo el suave tobogán, y vuelvo río arriba. Me reconozco y me susurro que no era para tanto, que vale aún la pena trabajar por el día, esperar un minuto de dicha.
Entonces me acuerdo de los versos de la canción de Brassens:
Quand on n'est mieux ici qu'ailleurs
quand un amí fait le bonheur
Quel est belle la liberté!
La liberté!

Canción:

2 comentarios:

  1. Yo también a veces estoy y no estoy , me canso de todo y de todos y me doy permiso para irme y alejarme y regresar, y a veces no sé quien soy , ni quien es esa que lleva mi ropa y usa mi cuerpo.

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  2. I don't want to be vain, but I hope I'm her.

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