miércoles, 9 de febrero de 2011

Vuelvo vencido

A la luz del amanecer, en este camino cuyo destino ignoro, he visto lanzar piedras sobre los campos baldíos. He seguido adelante. Tropezando con mis propios pies, he caminado casi a tientas. He visto también castigar por no haber conseguido algo que sí se había conseguido. He visto hombres que escogen el absurdo como viático.
Pero, convencido de que debía llegar, he seguido. Nunca cambia la luz del amanecer. Siempre es esta hora cuando por dentro llevas la ilusión del viaje. Mirando atrás, he visto pueblos preñados de orgullosos paisanos que desprecian cuanto queda detrás de sus tapias bien enjalbegadas, que se sienten heridos cuando el vecino disfruta. Y al volver a mirar hacia delante he escuchado el insulto de quien no me conoce y me expulsa de su casa.
Vencido por todos ellos, vuelvo a casa. La guerra ha terminado. La derrota es amarga, pero el regreso es dulce.
Atrás se queda el campo sembrado de cadáveres de vencedores y vencidos.

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