lunes, 26 de septiembre de 2011

Brilla, pequeño héroe


Sopla las velas de una tarta otra vez.
La tarde tan gris te cubre protectora,
no llegarán a herirte las miradas
que tú sentías amenazadoras.
No temas, ya no eres un niño,
ya no confundes miedo con peligro.

Hace tiempo que el agua de tu vida recorre
una tierra tras otra, como un río sin mar,
loco, infeliz, no sabe adónde marcha.
Te llaman de mil sitios, no sabes dónde están.
No pierdas la sonrisa en el camino,
los vencejos no saben su destino.

Vueltas y vueltas y más vueltas al cauce.
Nos protege la tarde, pero qué triste está...
No sabrán hoy los vencejos su ruta,
y seguirán volando, ciegos de no llegar.
No temas, aquí no hay peligros:
ellos te llevan donde han decidido.

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